2 patatas medianas
1 cebolla
aceite de oliva
sal
10 yemas de huevo
200 ml de leche
100 ml de nata
4 claras
Vamos con la elaboración. Para comenzar deciros que hay que tener en cuenta que todo se tiene que servir caliente para que el efecto de la tortilla sea el idóneo Ponemos las patatas peladas y cortadas en rodajas en un recipiente de horno cubiertas de aceite y horneamos a 180ºC durante 50 minutos. Las sacamos, las escurrimos y las salamos ligeramente.
Por otro lado cortamos la cebolla en brunoise y la pochamos en una cucharada de aceite a fuego lento hasta que se vuelva transparente. En este punto subiremos el fuego para dorar la cebolla sin tostarla.
Ahora nos ocuparemos del huevo. Lo primero son las claras, a las que les añadiremos una pizca de sal y las montaremos a punto de nieve. Una vez montadas las estiraremos sobre una bandeja de horno con papel sulfurizado y las coceremos a 75ºC hasta que adquieran la dureza de un bizcocho, unos 8 minutos.
Por otro lado mezclamos la nata con la leche y salamos ligeramente. Lo ponemos a hervir. Una vez haya hervido lo añadiremos a las yemas desde arriba a chorro fino y sin dejar de remover con una varilla. Volvemos a ponerlo al fuego al mínimo y sin dejar de remover esperamos a que espese adquiriendo textura de natillas.
Ahora que ya tendríamos hechas todas las partes nos vamos a ocupar del montaje. Ponemos en el fondo de la copa una capa de clara cocida, la remojamos con la crema, le ponemos una capa de patatas, un poco de cebolla pochada, otra vez clara cocida y por último otra vez la crema cubriendo el conjunto. Al coger con una cuchara un poco de todo el sabor es como el de una tortilla cremosa en el centro. Que os haya gustado!!
Me he quedado sin palabras, impresionante, a ver si me animo y la hago un día, los amigos de mi hijo seguro que alucinaban, ya lo hacen con mi tortilla de patatas normal. Esta vez te has superado.
ResponderEliminarpero me vas a matar poniendo tantas cosas el mismo día, programa las entradas y así tienes para más dias.
besos